martes, 22 de enero de 2013

Motauros 2013

Este fin de semana, como cada año, hemos vuelto a salir cada uno de nosotros de nuestras vidas para juntarnos en nuestra quedada motera anual en Motauros.

Al menos en un par de ocasiones, por conversaciones, ha salido el tema de por qué quedamos, por qué cada año vamos a Motauros (otros años Pingüinos). Echando cuentas hace 15 años que empezamos a ir, y habré faltado 3 o 4 años.

Pensando en las razones que nos arrastran allí, pensé que el motivo principal eran las motos (por algo es una concentración motera). El montar en tu moto y enfrentarte a las más duras condiciones meteorológicas, frío, lluvia, nieve, tiene el masoca atractivo de reafirmar la unión con tu moto, la superación de tus límites, tu afán de aventura motera. Sin embargo, no todos tenemos moto, ni las usamos. Incluso estamos quienes las hemos dejado.

Pensé entonces en la fiesta. A quien no le gusta correrse un fiestón durante todo un fin de semana. Pero cierto es que cada uno, dentro del grupo, va a su ritmo. Desde el superfiesteroarrasocontodo hasta metomounacocayalacama. Tampoco coincidimos en eso.

Quizá sean las cosas que hacemos. Aunque a algunos nos gusta más el fuego y no nos movemos de su lado y otros solo se medio arriman para calentarse algo. Unos cargamos con troncos de leña más grandes de lo que nuestras costillas soportan solo por el placer, a lo "club de la lucha", del dolor, y otros prefieren no hacer el bestia. Unos visitan puntualmente la zona de tiendas acordándose del regalito de rigor, y otros ni se arriman. Unos nos revolcamos en barro y ceniza alegremente y otros prefieren permanecer decentes.

Incluso ha cambiado el lugar donde nos juntamos y las cosas que se pueden y que no se pueden hacer... nuestra organización... lo que llevamos y lo que no...

Entonces... ¿Qué es? ¿Qué es lo que conseguimos allí? ¿Qué encontramos año tras año?

Creo que el auténtico motivo es la gente, sois vosotros. Es reencontrarte con quienes considero muy buena gente y muy buenos amigos. Es conocer todos los años a algún amigo de amigo que va a terminar siendo mi amigo. Es vivir una experiencia humana muy enriquecedora. Es esa conversación que parece no tener ninguna importancia, sobre el color del fuego, sobre la hostia que casi se pega, sobre el tema más extravagante o más normal del mundo, que para mí son realmente importantes. Es seguir sumando cariño por vosotros e intentar que os ocurra lo mismo conmigo.

Sigamos quedando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario