domingo, 15 de mayo de 2011

Soledad en Ruanes

Mis pasos se extrañan de oírse a si mismos,
mientras se abren camino entre la verde vida.
Sólo soy un susto para un gato,
libre, ajeno,
un choque inesperado para el ejército de insectos.
Tan libiano como la poesía que nace
espontanea, sin buscarla,
y nunca llegas a apuntar.
Tan importante chocas tus pies contra el suelo,
reafirmándote,
molestando a la rutina con su modesto ruido,
en un vago intento de manchar el mundo de ti.
De marcar tu huella, como si te fuera a salvar,
bajo la risa sorda de las rocas.
Las nubes vienen, el sol se calma.
Es tiempo de parar
Para apuntarte a ti
mi pequeña marca para perdurar.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado, que agradable caminar solo, sólo por el placer de hacerlo...

    ResponderEliminar
  2. Necesito andar sola de vez en cuando para encontrarme conmigo misma. Es fortalecedor y renovador. :)
    Bello Salviati...

    ResponderEliminar
  3. Yo no tengo costumbre... la soledad es una extraña para mí, pero ha sido muy intenso... un largo paseo por un pueblo casi deshabitado a medio día, con el sol en tó lo alto... , - )

    ResponderEliminar