sábado, 20 de noviembre de 2010

Extrañeza cotidiana

Todos los días se da una situación a nivel mundial que no nos sorprende porque es cotidiana, normal y participamos en ella, pero es tremendamente extraña.

Como si de una maldición se tratara todos los días por la noche, la inmensa mayoría de las personas desaparecemos de nuestros trabajos, de las calles, comercios y parques... desaparecemos incluso de nuestras propias vidas... para dormir.

Que quedemos inconscientes masivamente durante horas coincidiendo con la noche es una costumbre que dejaría estupefactos a unos extraterrestres que nos visitaran, que pensarían que somos una especie de zombis que no funcionamos sin luz del sol.

No me cabe la menor duda de la tremenda importancia que tiene para nosotros lo que hacemos mientras dormimos, solo hay que intentar no dormir para comprobar su importancia. Además la evolución no hubiera permitido un error tan grande si no tuviera más beneficios que pegas, y que estemos inconscientes durante horas tenía que ser realmente peligroso cuando vivíamos en cuevas.

La desierta imagen de las calles de una ciudad por las noches, abandonadas por sus diurnos usuarios que tantas cosas tienen siempre que hacer y tantas vueltas tienen que dar no deja de sorprenderme...

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